Fingió ser una empresa revolucionaria de IA y engañó a Microsoft: detrás había 700 humanos simulando todo

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Gonzalo Hernández

Editor

Que la inteligencia artificial ha tenido un auge en los últimos años no es ningún secreto, pues cada vez más empresas intentan integrar esta tecnología en su cadena productiva. Ese era, en principio, el caso de Builder.ai, una compañía que en su momento fue catalogada como un "unicornio" en ascenso, pero que cayó abruptamente al revelarse que no estaba impulsada por ningún modelo de aprendizaje automático, sino por ingenieros humanos en India.

Eso no es todo. Builder.ai, empresa que ofrecía desarrollo automatizado de aplicaciones con un proceso tan simple como "pedir una pizza", llegó a ser valorada en 1,500 millones de dólares, además de obtener financiamiento de Microsoft y del fondo soberano de riqueza de Qatar. Sin embargo, ahora se ha declarado en bancarrota tras la revelación de sus prácticas.

Una IA que no era tal

Todo gira en torno a Natasha, el supuesto sistema de inteligencia artificial que Builder.ai presentaba como su gran diferenciador: un servicio que, bajo la promesa de generar diseños y código funcional de forma automatizada, reduciría la intervención humana.

Microsoft fue uno de los inversionistas más relevantes, que aportó 445 millones de dólares al proyecto, al apostar por la idea de sustituir trabajo humano con IA. Builder.ai aseguraba que Natasha podía entregar aplicaciones personalizadas en cuestión de días o semanas, lo que impulsó su valoración.

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Sin embargo, Bloomberg reveló que la compañía en realidad había simulado un contrato con la firma india VerSe para inflar sus ventas. Además, estableció oficinas en India donde contrató a más de 700 ingenieros que eran quienes realmente desarrollaban el código. Las respuestas generadas por la plataforma eran en realidad plantillas personalizadas manualmente, con mínima o nula intervención de un sistema de inteligencia artificial. En sus demostraciones y materiales promocionales, se exageraba el rol de Natasha, presentada como una innovación disruptiva.

Inflar ingresos, ocultar pérdidas

El colapso se precipitó en mayo de 2024, cuando la entidad financiera Viola Credit embargó 37 millones de dólares de las cuentas de Builder.ai, tras descubrir que la empresa había inflado en 300% sus proyecciones de ingresos para ese año. El fundador, Sachin Dev Duggal, aseguró que la compañía lograría ventas por 220 millones de dólares, pero una auditoría reveló que apenas generaban 50 millones. Además, Duggal fue vinculado a investigaciones por lavado de dinero en India.

Ya en 2019, un reportaje del Wall Street Journal había evidenciado que Builder.ai dependía más del trabajo humano que de un sistema automatizado, con testimonios de exempleados que describían cómo todo se hacía mediante "pura ingeniería manual". Las aplicaciones generadas fallaban con frecuencia, tenían código ilegible y las funciones no se ejecutaban correctamente.

Natasha Ai Builderai

Ese mismo año, Robert Holdheim, exempleado de la empresa, presentó una demanda por 5 millones de dólares tras ser despedido, luego de que fuera removido por denunciar que el sistema era "una cortina de humo".

Una bancarrota con múltiples frentes

Tras la llegada del nuevo CEO, Manpreet Ratia, se revelaron las verdaderas finanzas de la empresa, además de confirmarse sus prácticas internas. Esto ha detonado investigaciones por parte de autoridades federales tanto en Estados Unidos como en Reino Unido.

Actualmente, Builder.ai tiene deudas por aproximadamente 85 millones de dólares con Amazon y otros 30 millones con Microsoft, principalmente por gastos de servicios en la nube. La empresa también ha dejado sin empleo a cerca de 1,000 personas.

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