“Es un misterio”: los científicos quieren descubrir porque algunos animales viven días y otros hasta miles de años

“Es un misterio”: los científicos quieren descubrir porque algunos animales viven días y otros hasta miles de años
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Obed Nares

Editor Jr

Mientras que ciertas especies, como el gusano C. elegans, viven apenas unos días, otras criaturas parecen desobedecer las reglas biológicas del envejecimiento. Según Scientific American, algunas tortugas, peces y salamandras muestran lo que los científicos llaman "negligible senescence", es decir, no evidencian un envejecimiento funcional evidente. Si no murieran por depredación, enfermedades o accidentes, podrían vivir potencialmente durante siglos.

João Pedro de Magalhães, biólogo molecular de la Universidad de Birmingham y creador de la base de datos AnAge, explica que "es un misterio biológico por qué algunas especies envejecen más rápido que otras". Su trabajo intenta comprender los mecanismos genéticos que determinan la longevidad.

Alta depredación, vida rápida: el costo de vivir deprisa

Una de las hipótesis más aceptadas es que la longevidad está ligada a las presiones evolutivas de cada especie. De acuerdo con Scientific American, los animales que enfrentan altos niveles de depredación evolucionan para crecer rápido y reproducirse lo antes posible. Su vida útil, por tanto, es corta, ya que el envejecimiento es irrelevante si probablemente morirán jóvenes.

En cambio, especies sin amenazas naturales tienden a desarrollarse lentamente y a vivir mucho más. El tiburón de Groenlandia es uno de los ejemplos más extremos, según Le Monde, puede vivir hasta 500 años y tarda 150 en alcanzar la madurez sexual. Su entorno helado, con temperaturas que descienden hasta los -1,8 °C, parece jugar un papel clave al ralentizar su metabolismo y, por ende, el proceso de envejecimiento.

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ADN, cáncer y reparación celular: ¿la clave está en los genes?

Las especies más longevas no solo viven más, también están mejor preparadas para sobrevivir al paso del tiempo. Scientific American detalla que estos animales suelen tener sistemas muy eficientes para reparar el ADN dañado, lo que evita mutaciones peligrosas como el cáncer.

En contraste, animales de vida corta, como los ratones, carecen de estos sistemas porque, en su hábitat natural, es muy improbable que lleguen a la edad en la que las enfermedades degenerativas se manifiesten. Paradójicamente, en laboratorios, donde viven más tiempo, sí desarrollan cáncer con frecuencia.

Otros casos sorprendentes son por ejemplo la rata topo desnuda, que puede vivir hasta 30 años, parece prácticamente inmune al cáncer, incluso cuando se expone a carcinógenos. Su piel elástica contiene una molécula que podría detener la división celular descontrolada, clave en muchas enfermedades humanas, según Time.

Del mar profundo al laboratorio: criaturas longevas que desafían la ciencia

Time señala que la almeja oceánica puede vivir más de 500 años, posiblemente gracias a su capacidad para proteger proteínas vitales del deterioro. Algo similar ocurre con la esponja marina Hexactinellid, cuya vida se estima en hasta 15,000 años, según datos recopilados en la base AnAge. Entre otros casos llamativos están:

  • La medusa Turritopsis dohrnii, también conocida como la “medusa inmortal”, que es capaz de revertir su ciclo de vida indefinidamente.
  • El murciélago de Brandt, con más de 40 años de vida, gracias a mutaciones hormonales específicas.
  • El loro kakapo, que puede vivir hasta 90 años y cuyo desarrollo extremadamente lento parece ser su secreto.
  • La ballena de Groenlandia, que vive más de 200 años y posee genes únicos para la reparación del ADN.
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Además de la longevidad animal, también hay implicaciones ecológicas. Según The Guardian, cazar o eliminar a los ejemplares más longevos y experimentados de una especie no solo altera el equilibrio poblacional, sino que borra conocimientos vitales para la supervivencia colectiva. En especies como elefantes o ballenas, los individuos más viejos suelen tener un papel esencial en la transmisión de comportamientos, rutas migratorias y estrategias de supervivencia.

Aunque los seres humanos estamos lejos de replicar la biología de una medusa inmortal o una tortuga gigante, entender por qué algunos animales viven tanto podría tener aplicaciones humanas. Time apunta que algunos mecanismos, como la protección de proteínas o la reparación del ADN, podrían inspirar tratamientos para enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el Alzheimer.

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